domingo, abril 19

El hombre del tiempo

domingo, abril 19

Dentro de un reloj de arena vive el hombre del tiempo. El hombre del tiempo siempre espera sentado en la esfera inferior a que la arena caiga y cubra todo cuanto conoce, porque el hombre del tiempo no conoce más mundo que aquella esfera de cristal y los granos de arena que lo van enterrando lentamente. El hombre del tiempo sueña con que los días no sean días, y se amplifiquen en mares y océanos azules para así romper la rutina que lo sepulta. Desea que los hombres cuelguen los relojes, como en una caza de brujas, sobre altas cruces y los quemen. Que el sol salga deprisa, y otros tarde por pereza. El hombre del tiempo, cuando la arena cubre su cadera y mientras el resto de granos golpean como granizo su cabeza, sueña con un lugar donde las horas se parecen al fruto de la higuera, o una vía láctea, brillante y eterna. El hombre del tiempo tiene sueños cortos, por miedo a que los segundos le aplasten el final de uno en el que alguien le rescata. Cuando la arena cubre la cara del hombre del tiempo, y solo quedan visibles sus ojos y su blanca frente, como un cartel publicitario, el hombre del tiempo sueña fundirse con el cristal del reloj de arena, y se imagina espejo de sus propios sueños, y se refleja en sueño de sus propios versos. Entonces la arena cubre completamente el cuerpo del hombre del tiempo, ha pasado una hora, el último grano de arena cae y el reloj gira como el que se da cuenta de un error. El hombre del tiempo se precipita de golpe sobre una esfera vacía, unos primeros granos comienzan a caer sobre su cabeza y el hombre del tiempo comienza a soñar con que los días no sean días y se amplifiquen en mares y océanos azules.....

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